Por Vito Amalfitano
Por Vito Amalfitano
El partido de más concurrencia en el año en el Minella. Incluído el Fútbol de Verano. Hecho inédito. Todo mérito de Aldosivi, que logró poner al fútbol de Mar del Plata en este plano, y en esta instancia. Independientemente del gran poder de convocatoria de este River, que pasea erguido por el país su condición de campeón de América. Una vez que puede concurrir con visitantes, responde de a multitudes.
Mar del Plata tuvo su gran cita gracias a Aldosivi. Y la ciudad perdió una vez más la oportunidad de mostrar su nombre al mundo a través de la televisión, con un cartel bien grande del Emder en el pulmón debajo del pebetero panamericano y en el borde de la manga, en lugar de la inscripción Mar del Plata.
Pero, ante todo, fue una fiesta el estadio del Mundial, más allá de lo que ocurrió en la cancha. River ocupó su sector con las 15.000 entradas que le otorgaron. Y Aldosivi llenó más que nunca este año el suyo, incluso con mayor cantidad que en los partidos ante Boca.
Justamente River, después de muchos años, no había estado en el Fútbol de Verano de Mar del Plata. Y le faltaba estrenar su título de América aquí. Por eso miles de marplatenses riverplatenses y varios que llegaron desde distintos puntos del país le dieron un color especial al Minella.
Y River, ya en la cancha, mostró sus credenciales, pero Aldosivi estuvo a la altura de la circunstancia y logró rescatar un empate, 1 a 1, que deja la serie abierta en la Copa de la Superliga del fútbol argentino, antes del desquite en el Monumental del próximo viernes.
Ante un River opulento, y que trató de ser arrollador, y que por momentos, mostró su talento colectivo, Aldosivi se paró de entrada para el contraataque, quizá por la propia inercia de la presión del campeón de América.
La jerarquía de River para marcar la diferencia apareció esporádicamente. Pero le alcanzó para ponerse en ventaja en el techo del partido y el epílogo del primer tiempo con el cabezazo de Enzo Pérez. Si de jerarquías se habla, Matías Pisano expuso la suya un rato para mantener a Aldosivi en partido durante casi toda la primera etapa.
Pero nunca Aldosivi se rindió y tuvo el carácter, el coraje y la convicción para ir a buscar la reacción. Eso que había anticipado su técnico, Gustavo Alvarez, tras el mal rendimiento ante Rosario Central.
“Siempre este equipo dio pruebas de carácter tras actuaciones fallidas y en las situaciones más adversas, es bueno que esto haya pasado justo antes de la serie con River”, había dicho el entrenador el domingo pasado.
“Siempre ante un mal rendimiento este Aldosivi dio una muestra de carácter en la competencia siguiente. La seguridad que tengo es que ante River el equipo dará una muestra de rebeldía y caracter”, había remarcado Alvarez tras la derrota pero con clasificación ante Central.
“Arrancamos con la ventaja de haber jugado mal ahora,-se había atrevido a lanzar Alvarez tras la serie ante los rosarinos-, estoy convencido de que el equipo está tocado en su orgullo, el vestuario fue indiferente al resultado y eso es bueno, queremos jugar contra River ya para revertir esta imagen… La respuesta que vi en el vestuario, más preocupado por la actuación que por festejar la clasificación, me dice que este equipo una vez más dará una prueba de carácter frente a River”.
Y vaya si dio esa prueba Aldosivi. No solo se sobrepuso a aquella mala imagen, sino ante el resultado parcial adverso de este domingo, nada menos que ante River.
Respondió el equipo, respondieron las individualidades, respondió el banco (sobretodo con la productiva entrada de Castillón, gestor de la jugada del gol de Chávez). Por eso, más allá del empate, supuestamente valioso para el visitante, la fiesta la terminó haciendo el público local. La celebración la había empezado River, con su convocatoria y con su tributo al campeón de América. La terminó Aldosivi, con la reacción de un equipo que una vez más estuvo a la altura. Del gran escenario y del acontecimiento que supo conseguir.